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El LOSC sobrepasa al Paris

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Un episodio que hay que ubicar rápidamente en los malos recuerdos. Aquí podemos decir que es la noche cruzada para los parisinos, que han perdido el norte por espacio de 91 minutos.

Mal presagio: de inicio, ese partido en la cumbre de la L1 comenzó con una frustración, con un gol anulado a Mbappé, que pensaba que había comenzado idealmente las hostilidades (2’). Otro presentimiento contrario: El Lille abrió el marcador con un autogol, Meunier, venciendo de manera involuntaria a Areola con un centro de Ikoné (1-0, 7’). 3 minutos, 30 segundos pasaron, y se abrió un poco el cielo parisino, en el momento en el que Mbappé filtró un balón con clase con destino a Bernat, que abrió su cuenta en L1 (1-1, 11’). Altruísta, Kylian pasó al modo eficaz al vencer a Maignan, pero otra vez el gol fue anulado por un fuera de juego (13’)… Una doble falsa alegría en la que se combinó una real doble inquietud, primero con Thiago Silva (14’) y luego Meunier (24’) debieron salir antes de tiempo debido a lesiones. Disminuidos en el fondo, el Paris Saint-Germain también va a sufrir en la forma, cuando Bernat debe dejar a sus compañeros, expulsado por una falta sobre Pépé, quien intentaba quemarlo entre líneas (36’). En esos primeros 45 minutos, los duelos han sido muy técnicos, eléctricos también en secuencia, pero con inferioridad numérica…

20 minutos de furia local

Luego del descanso, Pépé se incluyó de nuevo en el escenario, al darle la ventaja al LOSC, con un servicio de Ikoné (2-1, 51’). Los Dogos muerden más, certeros también, ya que aprovechan de sus momentos fuertes para tomar el centro largo de Bamba con un tiro seco (3-1, 65’), y luego Gabriel en el aire (4-1, 71’). Areola evita ser hundido al intervenir a los pies de Pépé (74’) y desviando un misil de Bamba (83’). Doblemente determinado, pero no lo suficiente para evitar la furia norteña, con Fonte de cabeza ampliando el marcador (5-1, 84’).

10 ante 11, y disminuidos por ausencias en general, el Paris Saint-Germain registró su segunda derrota en esta L1, en la cancha de quien le sigue en la tabla. Sí, la fiesta se ha retrasado para celebrar una 8ª estrella de campeón, y de todas formas el corazón no estuvo visible esta noche. Un verdadero maratón, una temporada está hecha de obstáculos, y aun y con 20 puntos de ventaja, el líder puede tropezar. Queda enseñanza luego de este viaje: no, un título no se da, porque dominar la competencia necesita constancia. Coronarse es siempre concretar una actuación a largo plazo. Y evidentemente, estamos a la espera que la consumación llegue pronto. Cita el miércoles en Nantes, para levantar la cabeza. Con los ojos en la mirada del trofeo nacional, el Hexagoal.