Solo tres días después de su victoria en la nieve de Saint-Etienne, los parisinos redescubrieron la magia del Parque de los Príncipes. Y si el fervor de los fanáticos envolvió a los ganadores del Balón de Oro antes del saque inicial, Mauricio Pochettino mantuvo la diversión, lanzando a Leo Messi y Gigio Donnarumma en su 4-3-3.
Desde el principio, los parisinos pusieron todos los ingredientes necesarios para entrar en el campo de Aiglons: intensidad en los duelos, contragolpes con el sello de Kylian Mbappé, e incluso atrevimiento, como en este primer intento de Dina Ebimbe (7º). El centro del juego, el dominio y la posesión eran claramente parisinos.
Por el lado de Niza, Walter Benítez tuvo que hacer una doble parada ante Kylian Mbappé (27º), frenar el intento de Di Maria con un globo por encima del arquero (50º) o desviar el potente remate de Nuno Mendes (51º). En las filas parisinas, a pesar de una defensa central en llamas, conformada por Kimpembe - Marquinhos, Gigio Donnarumma también calentó los guantes desviando un fuerte tiro de Dolberg (9º), realizando una volada mágica a quemarropa para negarle el gol a Andy Delort, (31º), ay salvando milagrosamente un mano a mano contra Dolberg (58º).
Y si, desde la hora de juego, los parisinos empezaron a asfixiar a los Aiglons en su propio campo, pero había que tener paciencia para encontrar los espacios. A pesar de un final sofocante para el Nice, los hombres de Mauricio Pochettino no pudieron encontrar la apertura en este juego tan cerrado.
Así fue que este partido terminó con una repartija de puntos, a pesar del dominio de nuestros jugadores. París no pudo festejar esta noche... pero París, que tendrá la oportunidad de volver a la carga el sábado cerca de Lens.