París cae en el infierno de San Siro

Match reports

El Paris Saint-Germain perdió en la cuarta jornada de la fase de grupos de la UEFA Champions League, tras un partido tan espectacular como difícil. ¡De vuelta al partido!

Este martes por la tarde, nuestros parisinos cruzaron los Alpes para codearse con una institución. Debido a que Milán ocupa un lugar especial en el libro mayor del Paris Saint-Germain, este viaje al norte de Italia fue una fecha especial. Un Milán-París es una invitación al más alto nivel, una cumbre entre dos de las mejores instituciones del fútbol. Y reencuentros peligrosos. Bastó observar el once inicial confeccionado por Luis Enrique para dar fe de ello.

Hay que decir que el escenario ya estaba preparado desde hacía tiempo: dos semanas después de la autoritaria victoria de nuestros parisinos en el Parque de los Príncipes (3-0), era de esperar que los rossoneri se mostraran hoscos. Impulsados ​​por su sed de venganza y sus burlas tifosi, los hombres de Stefano Pioli tenían toda la intención de mostrar otra cara. Y eso fue lo que hicieron desde los primeros minutos, viniendo a buscar a Donnarumma justo en sus jaulas. Sin dejarse impresionar por el ambiente hostil de San Siro, los Rojos y Azules dieron un cambio, ofreciendo durante esta salida un ping pong de rara intensidad. Y se materializó muy rápidamente… en ambos lados.

Como símbolo, fue primero nuestro Milán el que resolvió la situación. En un córner desviado por el capitán Marquinhos, el gigante eslovaco disparó con una escafandra que llovió sobre San Siro (0-1, 8º). Pero la revuelta del Milán local no se hizo esperar... Muy conmovedor, Rafael Leao volvió a igualar a los dos equipos con una remontada acrobática en un contraataque bien ejecutado (1-1, 12º). Un empate que al menos tuvo el mérito de ofrecer al fútbol un primer acto donde suspenso, potencia y dualidad se hicieron uno. Y donde cada embestida ofreció su dosis de emoción... Así lo demuestran los 22 disparos sólo en el primer tiempo.

Al regresar del vestuario, la configuración se mantuvo sin cambios. Pero los rossoneri nos sorprendieron, Olivier Giroud aprovechó un momento de confusión para recuperar la ventaja (2-1, 50º). Hambrientos, nuestros parisinos no querían quedarse ahí. Rabia en cada duelo, carreras incesantes, pases repetidos y llamadas relámpago: todos esos ingredientes debían convivir para intentar volver a meterse en el partido, que se había vuelto cada vez más eléctrico. Desde la entrada en juego lleno de convicción de Kang-in Lee hasta los arrebatos de orgullo de Kylian Mbappé, los Rojos y Azules lo dieron todo para intentar resurgir. Pero lo único que faltaba era que resurgiera un toque de éxito, como este último post de nuestro surcoreano (87º).

Al final de una actuación muy reñida, nuestros rojiazules no lograron derrotar a los milaneses en casa. El club capitalino lo ve más que nunca: en este grupo tan duro nunca se conseguirá nada. Quedarán dos últimos partidos difíciles, contra el Newcastle en el Parque de los Príncipes y en la guarida del Dortmund, para dar fe de ello. Para entonces, el campeonato también habrá recuperado sus derechos con una buena actuación ante el Reims el sábado. El maratón continúa.