PSG eliminado de la UCL

Pese a su mejor esfuerzo, los jugadores del Paris Saint-Germain no lograron doblegar al Bayern de Múnich, tras un frustrante encuentro marcado por muchos golpes duros (2-0).

El singular ambiente de una gran batalla europea flotaba en el aire de Múnich, para la segunda escala de un sabroso viaje entre nuestros parisinos y el Bayern. Un estadio repleto, un himno trepidante, estrellas a raudales y una batalla de titanes: todo se unió para presenciar un gran partido de fútbol. Para nuestros parisinos, el objetivo del viaje estaba claro: en el descanso de este doble enfrentamiento, los hombres de Christophe Galtier estaban habitados por la idea de ponerse al día, tres semanas después de su derrota por la mínima (0-1). Privado de Neymar Jr y Presnel Kimpembe, el técnico del Paris Saint-Germain pretendía apoyarse en una dupla ofensiva Mbappé-Messi en plena forma, y ​​un trío Marquinhos-Ramos-Danilo en defensa para sortear con experiencia las turbulencias de Múnich. Listo para embarcarse en la empresa de la Champions League.

Una cosa es cierta: teníamos que esperar un duelo de altos vuelos dado el calibre de los dos equipos. Calidad técnica, potencia atlética, estrategia táctica y control emocional fueron parámetros a manejar por estos dos cadores del fútbol continental. El inicio del partido llegó como un recordatorio, ¡con una intensidad loca para preparar el escenario! Por supuesto, no tenía nada de extraño que los bávaros, llevados por su público, intentaran minar nuestra retaguardia para marcar su territorio, pero la Rojiazul mostró cierto respaldo para resistir estos primeros embates, empezando por Gigio Donnarumma, serio en cada una de sus salidas, como ante Musiala (31º).

Con la esperanza de derribar a sus rivales. Bastó ver la enorme oportunidad de Leo Messi en un ataque desencadenado por Nuno Mendes para medir la coherencia del plan rojiazul (24º). Pero como en la ida, los de Galtier tuvieron que lidiar con un duro golpe desde la primera media hora, con la salida del capitán en pleno vuelo: Marquinhos, que se lesionó (35º). Pero nuestros hombres no han perdido nada de su implacabilidad: esta increíble oportunidad para Vitinha salvada en la línea es otro ejemplo definitivo (37)...

Después de un merecido descanso, tuvimos que ponernos las máscaras antigás. La apnea requiere. Porque los locales supieron aprovechar una nueva salida lesionada -la de Nordi Mukiele en el descanso- para presionar a una defensa parisina ahora completamente remodelada. Este último trató de resistir, como Danilo Pereira, que se mostró heroico en cada intervención. Pero el gol señalado en fuera de juego por Choupo-Moting (52º), y la apertura del marcador de este último en una acción muy reñida acabó privándonos del aire (1-0, 60º). A París ahora le faltaban dos goles para ponerse al día.


Entonces sí, hubo ráfagas, como la de Sergio Ramos, autor de un potente cabezazo desde un córner (63'). Incluso al pie del muro, nuestros Rojos y Azules lanzaron todas sus fuerzas a la batalla. Pero la montaña a escalar se había vuelto demasiado alta. Y los locales marcaron un segundo gol de Gnabry contra el desarrollo del juego (2-0, 89)...

Si la frustración reina tras el transcurso de este encuentro, el Paris Saint-Germain ahora se proyectará en las próximas fechas del campeonato, con un título por conquistar en los próximos meses. El fútbol puede reservarse golpes duros, pero el lema de París nos condena a resurgir: Fluctuat nec mergitur.